En el marco de la beatificación de la hermana María Crescencia Pérez, desde Equipo de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal entrevistaron al obispo diocesano, quien tiene a cargo la organización de esta fiesta de la fe en la Argentina. Monseñor Héctor Sabatino Cardelli tomó con alegría el acontecimiento.
¿Se imaginó alguna vez que iba a tener una beata en su diócesis?
¡Qué me iba a imaginar que iba a tener una beata! La verdad que la vida de uno es una aventura.
Lo tomé muy bien. Cuando vine a la diócesis no sabía que estaba tan avanzada la causa de María Crescencia, porque esto lo inició monseñor Domingo Salvador Castagna y después fue siguiendo su curso.
El Vaticano en esto se toma todos los tiempos. Sabía que estaba introducida la causa pero no sabía que estábamos ya en la última década.
Hace 9 años que estoy en San Nicolás y vine más motivado por el tema del santuario de la Virgen ya que sigo el acontecimiento mariano desde el comienzo. Vine como peregrino con mi parroquia y sentía que María me recibía en su casa. Y fue así.
¿No había hablado nunca con el padre Pérez* de su tía, María Crescencia?
[*N. de la R.: el padre Carlos Antonio Pérez es rector del Santuario de la Virgen de San Nicolás y sobrino de María Crescencia, la nueva beata.]
Sí, habíamos hablado del santuario, pero no que iba a ser obispo de San Nicolás ni del tema de la beatificación. Estando en Concordia como obispo un día me llama el nuncio y cuando te llaman es porque algo pasa. Me invitó a comer y me dijo: “lo precisamos en San Nicolás”. Hacía seis años que estaba en Concordia y me parecía prematuro irme pero ¿le vas a decir que no al Papa?
¿Por qué la hermana María Crescencia Pérez va a ser la beata?
En la primera conferencia de prensa que tuvimos en Buenos Aires, un periodista preguntó qué hizo de extraordinario para ser santa. La pregunta nos dejó un poco descolocados porque, en realidad, no es una santa de milagros estridentes, de sanación, de aparición, sino que es una monja tan silenciosa, parecida a cuando uno tira un balde de agua en la arena, que se lo traga la arena sin ningún ruido y ningún tipo de imagen. De verdad que es así. Además la congregación de las Hermanas de Huerto viven tipo claustro, entonces no había mucha divulgación. María Crescencia no era muy conocida. Los promotores de la causa fueron la Congregación, el sobrino de la hermana Crescencia —el padre Carlos Pérez— y monseñor Castagna que hicieron todas las gestiones y, con el consenso de la congregación, la trajeron desde Chile a Argentina. Cuando introdujimos la causa, el postulador fue el Dr. Enrico Venanzi y la vicepostuladora fue la hermana Josefina Nughedu. Ya había rumores de gracias, de sanaciones, sólo que la del milagro es la que reconoció la Santa Sede.
¿Y cuál es el milagro?
Es una chica joven que padecía una hepatitis virósica, una enfermedad en el hígado que ya era irreversible, estaba a punto de morirse. Entonces, en el hospital, las hermanas le acercaron una estampita y le dijeron “pedile a esta monjita” y parece que ella, que no era muy creyente pero en ese momento se aferró a eso, le pidió. Y se sanó instantáneamente, ese fue el veredicto unánime de los médicos. La Santa Sede nombra un equipo de médicos que estudia el caso, entre los cuales hay uno ateo. Ellos no aseguran que fue un milagro, lo que ellos dicen es que la ciencia no explica esa sanación. Después de que se expiden los médicos, los teólogos se reúnen para evaluar el tema de sus virtudes, luego pasa por los cardenales y recién después de esto, el Papa acepta todo lo recogido por estas comisiones y emite el decreto de la beatificación. A esta altura está el Cura Brochero, que ya pasó por el milagro, por los médicos, por los teólogos y creo que también ya pasó por los cardenales y están esperando el veredicto del Papa.
¿Tiene que haber una curación más o eso es para la santificación?
Para la canonización tiene que haber un milagro más, no necesariamente curación. Un milagro.
El cuerpo de María Crescencia se mantiene incorrupto y siempre la rodea un perfume de violetas.
Sí, así es. De ahí viene toda la simbología del color violeta, toda la ornamentación violeta. La violeta es una flor que se abre debajo de la hoja, no se ve pero se percibe su perfume que es riquísimo. La comparan con la violeta, por la humildad: porque no se luce como una flor pero exhala su perfume.
A María Crescencia le costó mucho el traslado a Chile y, cuando se despidió, le dejó dicho a las hermanas que ella les iba a avisar cuando partiera. Cuentan ellas mismas que cuando Crescencia murió sintieron ese olor a violetas y enseguida dijeron: debe ser Crescencia que se fue. Por eso quedó esto del perfume de violetas. Y hay gente que lo ha sentido acá en Pergamino aunque yo nunca lo percibí.
¿Cómo se prepara la diócesis para esta celebración?
Nosotros empezamos a trabajar desde una comisión hace dos años. El tema era crear una conciencia sin saber de la inmediatez de la Santa Sede. Cuando se comenzó a aprobar, ahí vino el apuro. Ahora ya estamos: preparando la casa. En Pergamino tiene resonancia Crescencia. Nos dimos cuenta de que en el Santuario de la Virgen de San Nicolás, por ejemplo, los 25 de septiembre llega muchísima gente de todo el país y de otros países también. Comenzamos a difundir la noticia y la gente lo aclamó en masa. Se ve que hubo una repercusión de alguien que ya venían conociendo. La Congregación del Huerto está por todas partes, hay muchas ex alumnas y familias del Huerto, ya es un acontecimiento como Ceferino, por los salesianos. O sea: es una beata conocida, una persona conocida. Aunque de la obra de ella se sabe muy poco. Era maestra de labores y les enseñaba a las chicas del hogar esas manualidades. Después estudió enfermería a raíz de su salud que siempre fue muy frágil y se dedicó a cuidar enfermos. Luego la trasladan a Chile porque precisamente dicen que el clima de Vallenar, en el norte de Chile, era más seco y le iba a hacer bien a su salud. Justamente en Vallenar es donde le tomaron esa foto que es la única que tenemos de ella y que fue sacada para mandársela a su mamá.
Para ubicarnos en el tiempo, digamos que Crescencia nació a fines del siglo XIX y falleció en la década del 30.
Sí, y nació en San Martín, en la provincia de Buenos Aires y fue bautizada en la Catedral de monseñor Guillermo Rodríguez Melgarejo. Tenemos una misa allí después de acción de gracias. Volviendo a la beata, por cuestiones de salud (también problemas pulmonares) lo mandan al papá al campo por el tema del aire que era mejor para recuperarse. Y es así que se radican aquí, en el partido de Pergamino pero en la jurisdicción o municipio de Guerrico. Todavía está en pie la casa de ella que se ve desde la ruta y prontamente se convertirá en lugar de culto como la casa de Santa Teresita. Después la familia se radicó más cerca de la ciudad de Pergamino, ella entró al noviciado, luego va a Buenos Aires y, como religiosa, siguió su rumbo.
¿En qué va a consistir puntualmente la fiesta de la beatificación?
Se optó por el Circuito Panorámico para la celebración, que está en campo abierto, no hay ni un árbol, de modo que con el sol vamos a tener una dura batalla. Allí se va a armar el escenario, baños químicos, las columnas de sonido, pantallas gigantes, mangrullos para las cámaras.
¿Hay mucha familia de Crescencia que participe?
El padre Carlos Pérez forma parte de la Comisión Organizadora y estarán presentes otros de sus sobrinos, y muchas religiosas de su congregación que están viajando en peregrinación mundial hacia Pergamino provenientes de Estados Unidos, India, África, Italia y países sudamericanos.
¿Y la chica del milagro va a estar también?
Sí, aseguró que venía. Ella vive en el Gran Buenos Aires.
¿Está contento con “su” beata?
Yo la empecé a querer porque su vida es muy ejemplificadora. Nadie aspira a ser un santo de proporciones, es por la caridad de todos los días por donde pasa nuestra santidad, no pasa por otro lado. Ella es un modelo de consagrada, muy cercana a nuestra vida y la de todo bautizado, todo esto en el marco del Año de la Fe. Y, además de todo, es la primera beata de la provincia de Buenos Aires y la primera beata de la diócesis.
Programa de la Beatificación de la Hna. María Crescencia Pérez
Viernes 16 de noviembre
Desde las 19:30 hs se realizará una vigilia, en la Capilla del Hogar de Jesús (Avenida Rocha y Santiago del Estero), donde la hermana Crescencia hizo sus primeros años, su formación de enseñanza y donde conoció a las Hermanas de la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, además de recibirse de maestra de labores.
Los participantes irán en procesión por las calles hasta el frente de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced —calles Merced y Hermana Crescencia— donde Crescencia recibió la primera comunión y la confirmación. Allí continuará la vigilia.
En la misma Plaza Merced se recibirá a las delegaciones provenientes de los distintos países donde la Congregación Hijas de María Santísima del Huerto desarrolla su misión. Luego se realizará la apertura de la vigilia, la que estará a cargo de monseñor Héctor Cardelli, obispo de la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos.
Culminará a la medianoche con la adoración del Santísimo Sacramento.
Sábado 17 de noviembre
La celebración central, la ceremonia de Beatificación de la Hermana María Crescencia Pérez, tendrá lugar el sábado 17 de noviembre en el Circuito El Panorámico, Pergamino, provincia de Buenos Aires.
La misa de beatificación comenzará a desarrollarse desde las 11:00 hs.
Será presidida por el Cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, en representación del Papa Benedicto XVI.
Una vez finalizada la celebración de la beatificación, que se estima durará dos horas, los fieles que así lo deseen podrán trasladarse hasta la Capilla del Colegio Nuestra Señora del Huerto (calle Hermana Crescencia Pérez, frente a la Plaza Merced) para venerar a la nueva Beata
Domingo 18 de noviembre
A las 10:00 hs se oficiará la misa en Acción de Gracias por la Beatificación de la Hermana Crescencia Pérez en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, el templo mayor de Pergamino, la que será presidida por el obispo diocesano, monseñor Héctor Sabatino Cardelli.