Si bien en Argentina se eligió el 4 de marzo por cuestiones comerciales para celebrar el Día del Hermano, en la mayor parte del mundo es el 5 de septiembre, al cumplirse aniversarios del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta.
Esta celebración no fue pensada solamente por las relaciones de sangre que se pueda tener, sino que es una fecha que busca convertirse en una jornada consagrada a la solidaridad evangélica; a ver al otro como un par y ayudarlo como si fuera un hermano.