Educación
11/10/2020 - 12:00:58



Ansiedad: puntos de acción para la prevención


Por Mgter. Cris Schwander*

Hoy lo llamamos ansiedad y parece ser algo nuevo, propio de estos momentos que estamos viviendo, donde el estrés crónico aumentó un 5% en relación al año pasado (cifras del informe “Burnout en tiempos de pandemia en trabajadores argentinos”. Universidad Siglo 21, mayo 2020).

Sin embargo, lo cierto es que siempre hubo “estos momentos que estamos viviendo”: a lo largo de la historia constantemente existieron crisis y personas que las sufrieron. Hace unos años, lo que ahora llamamos ansiedad o burnout recibía el nombre de Surménage (exceso de tareas, en francés).


Sobre todo, es importante reconocer que la ansiedad por sí misma no es dañina: hay un estado de ansiedad óptima que nos desafía y nos motiva a resolver situaciones; sin embargo, la incertidumbre, la preocupación constante (y la aguda) pueden generar ansiedad crónica.

Podríamos decir que el miedo es la principal emoción en la ansiedad. El miedo nos alerta diciendo que hay una amenaza mayor que el recurso con el que contamos para hacerle frente.


El miedo nos prepara para afrontar esa amenaza; en intensidad baja es estado de alerta y precaución; en estado medio es miedo propiamente dicho y, en estado intenso, es pánico. En síntesis, podríamos decir que la ansiedad implica un miedo hacia el futuro y tiene un deseo de control de ese futuro.


Ahora bien, ¿qué hacer cuando sentimos un malestar que no nos deja en paz y parece crecer día a día? A continuación, algunas ideas prácticas para que la ansiedad no llegue a un nivel que dañino:

-Evitar la procrastinación, si se puede hacer hoy, es mejor hacerlo hoy. Actuar y resolver temas pendientes dará un enorme alivio que se experimenta hasta en el cuerpo. Entrega una sensación de calma. Es importante diseñar y planificar el día e ir conquistando pequeñas metas para cumplir.


-Empatía, pensar en el otro: ayudar activa el sistema de recompensa del cerebro y reduce el cortisol, que es la hormona del estrés. Esto se llama “subidón altruista” porque hacer el bien a los demás nos hace bien a nosotros mismos, tanto como hacer ejercicio o comer sano.


-Hacer una sola cosa a la vez: nos han dicho que el multitasking es algo bueno y casi una virtud (sobre todo para las mujeres), sin embargo, hacer muchas cosas a la vez es un gran generador de ansiedad. Desgasta y dificulta la concentración, además de que no permite disfrutar de la actividad que se está desarrollando.


-Crear espacios de ocio y diversión para uno mismo: darse ese tiempo y lugar para hacer algo que de verdad guste, sin pedirle permiso a nadie, sin dar explicaciones y dejando que los demás se arreglen solos, mientras uno no está disponible.


-Cultivar vínculos (aún a la distancia): no hace falta hacer una videollamada con cámara prendida. Un audio cariñoso, un mensaje simpático o un simple “buenos días”, ya implican mantener una relación con otras personas, porque significa que “aquí estamos”. Estamos en distanciamiento corporal, no vincular.


-Disminuir el nivel de autoexigencia y para con los demás: abandonar por un tiempo la idea de “lo perfecto”. Intentar ser flexible frente a cambios inesperados o ante lo que no salió según lo esperado.

-Mover el cuerpo, aunque sea un rato: salir a caminar, bailar, hacer deporte, andar en bicicleta o ejercicios de relajación o Yoga, todo ayuda. Lo importante es encontrar algo que permita poner el cuerpo en movimiento y ocupar la mente en otra cosa.


-Seleccionar cuidadosamente la información que se consume: cuidar los contenidos que podrían provocar miedo, pero que a la vez son adictivos y no se pueden dejar de mirar. Las RRSS también son otro factor importante en este punto, donde todo el mundo aparenta vivir una vida “perfecta”, y eso puede provocar un descontento en uno porque comienza a comparar.


-Si se necesita, se debe pedir ayuda: Pedir ayuda a personas cercanas o a los profesionales disponibles que pueden colaborar. La clave es encontrar lo que de verdad nos hace bien.


-Mindfulness: Cuando la mente no para, es importante practicar lo que se llama “atención plena” (mindfulness). Esta técnica aquieta la mente y permite volver al presente, entre otros beneficios. Con la práctica las personas se sienten más calmas y se pueden tomar mejores decisiones. Es solo cuestión de darle una oportunidad.

Y, por último: el bienestar es un estado subjetivo. En la vida nos pasan cosas, pero lo que hacemos con lo que nos pasa, determina nuestro día a día.

*La autora es Directora de la Diplomatura en Liderazgo Coach e Inteligencia Emocional, y de la Certificación en Mindfulness e Inteligencia Emocional para líderes Conscientes en Universidad Siglo 21. Empresaria. Magister en Inteligencia Emocional. Coach Senior. Biogenetic Coach Advance. Consultora en Mindfulness.

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