Interes General
20/06/2024 - 09:09:12



20 de Junio: Se celebra el Día de la Bandera


La cercanía del feriado hace a muchos preguntarse por qué se celebra el el 20 de junio, fecha que corresponde a la muerte de Manuel Belgrano, creador de este estandarte nacional.

Es por esto que al 20 de junio, uno de los feriados inamovibles que tiene nuestro calendario, también se lo conoce como el Paso a la Inmortalidad del General Manuel Belgrano. Este político, abogado, escritor y militar falleció en esa fecha del año 1820 en su casa natal, ubicada actualmente en la Avenida Manuel Belgrano al 430 de la ciudad de Buenos Aires. La muerte del prócer, poco después de cumplir 40 años, ocurrió luego de una larga enfermedad que contrajo mientras dirigía al ejército auxiliar del Alto Perú y que lo había obligado a renunciar a sus deberes militares mientras estaba estacionado en Tucumán.

Este año, el Día de la Bandera cae en jueves y forma un fin de semana extralargo largo, debido a que el Gobierno definió estirar el descanso garantizado por la fecha con un puente turístico el viernes 21. De esta forma, se extiende el descanso del sábado y el domingo en la tercera semana de junio, que tiene solo dos días laborables por el feriado del Paso a la Inmortalidad de Martín Miguel de Güemes celebrado el lunes 17 de junio.

¿Por qué el Día de la Bandera se celebra el 20 de junio?

Como se mencionó, la celebración del Día de la Bandera se realiza en la fecha del Paso a la Inmortalidad de Manuel Belgrano, el día de su muerte en el año 1820. Esto es así porque este prócer de la Independencia nacional fue el creador de la bandera argentina.
La primera ocasión en que se enarboló este pabellón fue el 27 de febrero de 1812, y ocurrió en lo que hoy es la ciudad de Rosario. El acto solemne se llevó adelante durante la inauguración de dos baterías de artillería que habían sido instaladas en la orilla del Río Paraná para evitar los embates enemigos.

La idea de Belgrano de diseñar una bandera fue antecedida por la de colocar un distintivo que identificara a los soldados criollos de las tropas realistas, ya que por entonces ambos cuerpos usaban enseñas rojas. Esta inquietud fue planteada por el prócer al Triunvirato de Buenos Aires, que lo autorizó a crear un nuevo emblema.

Para ello se tomó como referencia la escarapela celeste y blanca, que Belgrano ya había visto durante los días de la Revolución de Mayo, período en el que asumió como vocal de la Primera Junta.

La escarapela fue bien recibida por los soldados, que encontraron en este símbolo un nuevo sentido de pertenencia alrededor de su causa. Belgrano escribió a las autoridades nacionales al respecto: “Las banderas de nuestros enemigos son las que hasta hora hemos usado, abajo señor excelentísimo esas señales exteriores que para nada nos han servido y que parece que aún no hemos roto las cadenas de la esclavitud”.

Una vez concluidos los puestos defensivos que había que edificar, el prócer se dio cuenta de que era necesario enarbolar una bandera en el solemne acto de apertura, por lo que decidió confeccionarla con los mismos colores autorizados previamente a la escarapela. La creación de la bandera nacional no había sido decidido aún por el Triunvirato, por lo que el diseño de Belgrano fue su propia responsabilidad.

El primer ejemplar de nuestra bandera nacional fue bordado por Catalina Echeverría, y se izó sobre la orilla del Río Paraná el mencionado 27 de febrero de 1812. Ese día, ante sus tropas del Regimiento N°5, Belgrano dijo: “Soldados de la patria juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo Viva la Patria”.
Esta insignia viajó junto a Belgrano en su incursión al Alto Perú y se perdió en el combate hasta que en 1883 fue hallada detrás de un cuadro en la capilla de Titirí, al norte de Bolivia, en la ciudad de Macha.

Posteriormente, investigaciones demostraron que fue en ese sitio donde las tropas criollas hicieron cuartel luego de su derrota en Vilcapugio y que tras la caída en Ayohuma, el párroco de Titirí las ocultó en su iglesia para evitar que cayeran en manos españolas.

Luego de ser cedida a nuestro país por el Estado boliviano, el emblema fue restaurado y actualmente se conserva en el Museo Histórico Nacional.







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