Interes General
23/03/2025 - 07:57:37



He venido para que tengan vida: “Un cambio de mentalidad”


Por Obispo Monseñor Hugo Santiago

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (Lc 13,1-9)

“En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos Galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. Él les respondió: ‘¿Creen ustedes que esos Galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera’

Les dijo también esta parábola: ‘Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra? Pero él respondió: ‘Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás. Palabra del Señor

No nos va bien, estamos sufriendo

Hace tiempo que muchas personas de la sociedad, en Europa, América del Norte y en América del Sur, han dejado de vivir su vida de acuerdo a los valores cristianos que forjaron su estilo de vida y en grandes sectores sociales generaron vida digna. En cambio, lo que motiva la vida de una multitud de personas hoy es “pasarla bien”. Paradójicamente, hay cada vez más seres humanos que la “pasan mal” y están sufriendo. Otra motivación de vida es “tener mucho dinero”, pero la mayoría de los habitantes no llega a fin de mes, no se alimenta bien, no puede dar a sus hijos una educación digna y tiene una deficiente atención de la salud porque no pueden acceder a una cobertura médica digna. Otra expresión que marca el estilo es “cuidate”, pero en la cultura del descarte en la que vivimos hay cada vez más ancianos descuidados, niños y adolescentes que se sienten huérfanos porque su familia se ha disuelto, cada vez más mujeres que sufren violencia familiar y acuden a instituciones de la Iglesia para que las reciban, incluso con sus hijos pequeños. Por esto y otras tantas razones, tenemos la certeza de que “algo anda mal” en la organización de la sociedad actual; es más, estamos sufriendo mucho últimamente.

“He sentido el dolor de mi pueblo”

En la primera lectura de este domingo, Dios ve el sufrimiento de su pueblo bajo la opresión de los Egipcios y “baja” a rescatarlos a través de Moisés, que le recordará que están sufriendo porque dejaron de cumplir los mandamientos y por eso, para liberarlos les pide “convertirse”, lo cual significa etimológicamente hablando, un “cambio de mentalidad” que abarca mucho más que la inteligencia y significa un “cambio integral” que incluye el comportamiento, las actitudes, los sentimientos y las motivaciones, en fin, un proyecto de vida distinto. Se trata de una opción fundamental, como, por ejemplo, alguien que se decide a seguir una profesión o una vocación, como quien contrae matrimonio o se consagra. Esto comporta un “cambio de raíz” que consiste en pasar de vivir como si Dios no existiera a dialogar con Él todos los días; de hacerse servir egoístamente a servir a los demás por amor, especialmente a los más vulnerables; de pretender ser el centro del mundo a descentrarse y promover el protagonismo de los que nos rodean; de dejarse dominar por el dinero, el placer y el poder a utilizarlos como simples medios para una vida digna y al servicio del bien común; en fin, a tener el regalo de ser un poco más parecidos a Cristo, ya que de allí viene nuestro nombre de “cristianos”.

Si miramos lo que pasa en Ucrania, si constatamos lo que pasa en nuestro país, podemos decir que “Dios ve nuestro sufrimiento y baja a liberarnos, a rescatarnos”, pero como Él nos hizo libres nunca impone sus caminos, simplemente los propone como un Padre respetuoso y sabio que nos ama. Por eso cuando nos aconseja “convertirnos”, “cambiar de mentalidad” para vivir mejor y para que muchos dejen de sufrir, se trata de un acto libre, de un convencimiento de que todos los hombres estamos llamados a vivir desde los valores que Cristo; esa es la clave desde la cual se construye una familia, la cooperadora de un hospital, un club, un partido político, un país, el mundo. En fin, es un profundo convencimiento de que esos valores son la clave desde la cual se edifica la convivencia humana y nos hacen constructores de la paz, es decir, de esa situación en la que cada uno está en posesión de lo que le corresponde según su dignidad de persona. El objetivo que Dios persigue es que en la gran familia social la “pasemos bien” todos, o al menos, la gran mayoría. Que Dios te bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Buen domingo.

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