Interes General
27/04/2025 - 08:08:26



He venido para que tengan vida: “La Divina Misericordia”


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (Jn, 20, 19-31)

“Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: ‘La paz esté con ustedes!’. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: ‘La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes’. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió; ‘Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan’. Tomás, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: ‘Hemos visto al Señor!’ Él les respondió: ‘Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré’. Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas se puso en medio de ellos y les dijo: ‘La paz esté con ustedes!’ Luego dijo a Tomás: ‘Trae aquí tu dedo; aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe’ Tomás respondió: ‘Señor mío y Dios mío’. Jesús le dijo: ‘Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto! Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre. Palabra del Señor.

Dios es misericordioso

En este segundo domingo de Pascua celebramos a Jesús misericordioso, que tiene paciencia con Tomás que no cree y les da a los Apóstoles el Espíritu Santo para que perdonen los pecados. Tomás, al no creer que Jesús había resucitado y estaba vivo nos hizo un gran favor, porque la mayoría de nosotros somos como él; si no vemos no creemos. Tomás dice: “si no meto mis dedos en las llagas y no pongo mi mano en la herida de su costado, no creeré”, y Jesús misericordioso le da con el gusto; se aparece de nuevo y lo invita a poner los dedos en sus llagas. Ante esta aparición Tomás cree que Jesús es el Hijo de Dios vivo y recibe su enseñanza: “Felices los que creen sin ver”. La misericordia es fe en el otro, paciencia, comprensión y amplitud de miras en las relaciones humanas. Que eres misericordioso significa que sabes perdonar como te gusta que te perdonen, que tienes capacidad de ponerte en el lugar del otro, sobre todo cuando sufre y está triste; que eres capaz de compartir su alegría, un cumpleaños o un aniversario. La misericordia es típica de las personas maduras, de los “expropiados de sí mismos” que perciben la vida de quienes les rodean y han adquirido la capacidad de caminar juntos.


La misericordia sana y permite el acceso a la paz

Quienes tienen la dicha de creer en Jesús, reproducen sus gestos, porque El, vivo y presente en su corazón, les inspira y los invita a continuar sus sentimientos de comprensión y misericordia cuando les dice: “Sean misericordiosos como el Padre del cielo es misericordioso.” Como la convivencia en este mundo es entre gente imperfecta, falible, la misericordia es como el aceite que hace posible que los vínculos continúen no obstante los desafíos de la relación humana, porque da una amplia comprensión del otro y porque está alimentada por la convicción de que lo que “rescata” a la persona es que se sienta amada sin condiciones, así como es, eso la hace superarse y mejorar. Por eso la Divina Misericordia sana, promociona y consigue el regalo más grande que nos ha dejado Jesús Resucitado: la paz en nuestro corazón y en las relaciones humanas con quienes nos rodean. Que Dios te bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Buen domingo.

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