Recientes estudios demostraron que prácticas antiquísimas sirven para curar la indigestión más conocido como “el empacho”. Para los que respondieron la consulta de EL INFORMANTE, no se trata sólo de una superstición, aunque también consultan al médico.
Quienes respondieron a ¿Cree en la cura de palabra de la ojeadura o el empacho? El 69 por ciento lo da como cierto, un 24 por ciento se resisten a estas prácticas, y el 7 por ciento lo usa como una alternativa.
El empacho, que es en verdad una indigestión, tiene una sintomatología particular que lo identifica rápidamente. La falta de apetito y la lengua blanca. Entre las terapias posibles para su mejoramiento están: La cinta, la tirada de cuerito y la cura a palabra. La cura con la cinta consiste en “medir” con una cinta bendita, desde el codo a la punta de los dedos tres veces consecutivas, mientras se reza una oración que se transmite sólo en la nochebuena. Se trata de sólo una superstición, que no tiene fundamento científico.
La tirada de cuerito en cambio, es una estimulación de ciertos músculos dorsales, que provocan por reflejo un ordenamiento de la digestión. Con una modesta dieta, se aceleran los procesos naturales del organismo. El mismo fenómeno es aplicable a “las ventosas”, para otros males menores.
Ahora bien, para el dolor severo de cabeza, y en especial cierto estrés en los más pequeños, la cura de “la ojeadura” se hace con agua y aceite. Aunque también existe una oración que el “curandero” realiza sobre la cabeza del afectado.
Para estas afecciones comunes, también hay otras recetas con ungüentos y libaciones de infusiones naturales. Por criterio de nuestro pediatra de cabecera la desaconsejamos totalmente, para evitar otro tipo de complicaciones como las quemaduras e intoxicaciones.
Son muchos más de los que opinaron los que aseveran que estas prácticas son efectivas, y casi mágicas, y no desdeñan también ante la urgencia recurrir a los que paran el ardor de las quemaduras, moderan los dolores de muelas, acomodan músculo salidos o quitan verrugas. Pero para esos males, tendremos otros capítulos. Amén.