La Especialista en Gestión Educativa, Lic. Carina Cabo, reflexiona a partir de las últimas resoluciones adoptadas por el Consejo Federal de Educación, que componen los ministros provinciales de todo el territorio.
Es acerca de la promoción directa del primer grado, y la no obligatoriedad del Ciclo Inicial.
Para la educadora, se persigue un fin contradiciendo lo anteriormente afirmado.
A fines del año 2006, los ciudadanos nos sorprendimos con una resolución ministerial (Nº 1637 del 28/ 12/06) en la que la Ministra de educación, establecía la promoción directa de los alumnos de 1º año de EGB, modificando, de esta manera, el régimen de evaluación, acreditación, calificación y promoción en escuelas de la Educación General Básica.
Las causas que hicieron llegar a esta decisión al gobierno de turno fueron fundamentalmente el alto grado de repitencia en toda la jurisdicción. Según datos cuantitativos, en el año 2.005, 6.731 alumnos repitieron 1º año (10% del total), 9.511 repitieron 8º año (el 15% ) y 6.750, lo hicieron en 9º año (13%). Como si esto fuera poco, según datos censales, había 5.700 niños y adolescentes fuera del sistema y 15.000 adultos nunca habían ido a la escuela.
Muchas fueron las discusiones teóricas, acertadas por cierto, que se produjeron en aquel entonces, además de las idas y vueltas que esto trajo aparejado.
Hoy por hoy, vuelve a ponerse en juego la educación. Los 25 ministros del Consejo Federal de Educación acordaron que, a partir del 2013, la promoción será directa a 2° grado y que el nivel inicial no es condición excluyente para comenzar la primaria. Si partimos de la idea que sala de 5 es obligatoria por ley (Ley 26206/06), surge la primera contradicción en el marco de la nueva medida.
Ahora bien, más allá de acordar o no con un decreto ministerial, lo que no podemos ni debemos, es abandonar a los niños. Si la escuela es el lugar de la construcción de la subjetividad, no podemos quedarnos de brazos cruzados; "ALGO" tenemos que hacer a partir de la resolución señalada.
No caben dudas que la alfabetización es un proceso difícil que debe tener en cuenta que la enseñanza es su factor decisivo. Aprender a leer y escribir es lo más difícil que le sucede a un niño en la escuela, por ende, debe ser planificado, sistematizado y evaluado coherentemente para esperar al alumno, si hiciere falta, es este proceso tan complejo. Y, para ello, la función y la tarea docentes son fundamentales para el paso de la lengua oral a escrita.
Según UNICEF, en Argentina, repiten los niños pobres y el riesgo social es alto; por ende, la escuela tiene que ser un lugar previsible para estos niños especialmente, debe estar organizada de tal manera que encuentren en ella a docentes preparados profesionalmente y predispuestos a un vínculo fundante para que los procesos de enseñanza y aprendizaje vayan juntos por una mejor educación.
Esperemos que las “buenas nuevas” tengan una implementación adecuada, un seguimiento fiel y veraz, un asesoramiento profesional y una evaluación constante y continua; de lo contrario, haremos “como si”, tal como nos tienen acostumbrados en las políticas educativas.
Carina Cabo- Pedagoga
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