La violencia en el deporte no es nueva y mucho menos en el fútbol, deporte popular por excelencia en nuestro país. Muy a pesar de los amantes de este hermoso deporte día a día se suceden hechos que empañan, ensombrecen y muchas veces enlutan a la actividad. La institución de Defensores de Villa Ramallo ha querido expresar su opinión al respecto y aquí la damos a conocer en estas líneas:
“Muchas veces estos dos conceptos se mezclan , se confunden y pensamos que son lo mismo, no podemos decir que son opuestos ni mucho menos, pero si afirmar que son sentimientos diferentes, el punto en el que coinciden es el amor el cariño, hacia una idea, un proyecto, una persona, etc.
La pasión es un sentimiento positivo, movilizador, a través del cual podemos construir, podemos afirmar que para todos los actos de nuestra vida es bueno cultivar este sentimiento, si lo tenemos seguramente vamos a producir cosas. Los grandes proyectos están movilizados por la pasión, casi podríamos afirmar que sin ella no hay grandes proyectos.
Si en ésta sociedad moderna estuviese presente la “pasión” lograríamos grandes cambios, hoy lo que caracteriza a nuestra sociedad es su ausencia. Recordemos: la pasión es un sentimiento muy fuerte hacia una persona, objeto, tema o ideas, por lo tanto despierta una fuerte afinidad, el intercambio con otros nos enriquece y aporta a los proyectos que nos unen, la pasión construye.
El fanatismo es un sentimiento ciego por algo, eso hace que el fanático se comporte de manera violenta en algunas situaciones. El fanático menosprecia las opiniones de los demás, y lo único válido es su idea no pudiendo ver que en la vida existe la diversidad, está ligado a la intolerancia.
Como conclusión podemos afirmar que la pasión moviliza, construye contribuye al crecimiento, el fanatismo destruye
Como adultos estamos preocupados, porque algunas situaciones que estamos viendo nos movilizan nuestra memoria a hechos que ya hemos vivido y que costaron vidas de jóvenes.
El folclore Villa – Pueblo o Pueblo – Villa, podemos considerarlo como eso “algo folclórico”, una pasión por identificarse por un lugar. Pero la línea es muy fina, si en nombre que pertenecemos a lugares geográficos diferentes sirve como EXCUSA para enfrentarnos ya no solo en forma verbal, sino a agredirnos, amenazarnos sin medir consecuencias, estamos en PELIGRO.
Debemos tomar conciencia los adultos de hacer que nuestros jóvenes no crucen esa línea, que sigan con su pasión sin cruzar la línea del FANATISMO INTOLERANTE.
Club Defensores de Belgrano”
Imagen a modo de ilustración.