Los raidistas nicoleños Sebastián y Santiago Lassalle iniciaron el periplo que unirá en bicicleta los extremos, de la Argentina. Los primeros 90 km de pedaleada los llevó a despedir el año en La Quiaca. Su destino es Usuahia. Buscan financiar escuelas rurales a través de la Fundación Aventurarse.
La Fundación Aventurar se presentó en sociedad el pasado 21 de diciembre, en el marco de la Hora de San Nicolás.
Según dijo su mentor, licenciado en Recursos Humanos y deportista consumado en carreras y triatlones, pudo unir su pasión deportiva con un proyecto solidario para las escuelas rurales del país.
Las razones que motivaron la puesta en marcha de este proyecto son muchas y variadas, pero las resume Sebastián en tres: “Primero porque creo que la educación es la base fundamental sobre la que se construye el futuro de un país. Por otra parte, soy un convencido de que cada uno de nosotros puede aportar algo para que todos los chicos de nuestro país reciban una mejor educación. Y por último, simplemente porque decidí adoptar una actitud positiva y hacer algo por los demás. No para lograr cambiar la educación del país pero sí para que, entre todos a los que les interese esta propuesta, podamos ayudar a mejorar la calidad de la educación de los chicos que menos tienen”.
El periplo se realiza con el aporte de empresas y amigos, y se puede seguir a través de Web: www.fundacionaventurarse.org, Facebook: Fundación Aventurarse, Twitter: @faventurarse y se puede contactar a los info@fundacionaventurarse.org
Como toda empresa de este tipo los nicoleños ya tienen para contar varias anécdotas, entre ellas esta, ocurrida en el aeropuerto, cuando todavía no había empezado la travesía.
“Ingresamos a la zona de embarque y al pasar por el detector de metales una señora, que evidentemente no estaba terminando bien el año, me indicó que dentro de la mochila llevaba un cortaplumas. Le expliqué que no cuento con dicha herramienta pero al no convencerla, me pidió que proceda a abrir el equipaje. Lo que encontró no fue más que un juego de llaves alen más unas cintas aisladoras que llevo para poder armar las bicis. Le expliqué de buena manera para que servían, pero se ve que ganó mi cara de secuestrador de aviones de cabotaje, por lo que tuve que bajar y despachar aquellos elementos. Sabía que nada de eso llegaría a destino y lo confirme una vez arribados al aeropuerto de Jujuy”.