Inédita propuesta para el público nicoleño la que plantaron Eva Halac y su equipo para la adaptación de Julio César, de Shakespeare. Dos funciones con el público de pie cerraron las actuaciones que encabezaron Laport, Heredia y Massei.
El Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y la subsecretaría de Cultura y Turismo de la Municipalidad de San Nicolás acertaron con un gran espectáculo, en cuanto a la producción; con excelentes actuaciones, de protagonistas y reparto; y una interesante adaptación del clásico de Shakespeare.
Se trató sin duda de una de las fechas que quedarán grabadas en la memoria cultural nicoleña.
La oferta de conocidos actores en los protagónicos; buenos y galanes, Heredia, Massei y Laport, no necesariamente en ese orden; aseguraron la cuota de espectadores que colmó las gradas.
El frío de la noche se pasó con los momentos de tensión de la obra, que tuvo guiños de comedia o al menos generaron la sonrisa de un público que vio y escuchó perfectamente los parlamentos que se interpretaron en el amplio patio delantero de la Escuela de Arte. Porque técnicamente todo resultó muy bien.
La música en vivo, los efectos especiales, el elenco total de la obra y el aporte de los artistas locales quedaron amalgamados perfectamente.
De telón de fondo la fachada imponente del edifico histórico de la Escuela de Arte pareció hecha a medida para que se luciera Julio César en el balcón. La luna llena, sólo en esta ciudad y tras la postergación del mal tiempo, pudo poner de plata la noche.
Se permite que a modo de casual propaganda una moderna camioneta de la flota de la municipalidad participara en el escenario un momento. Más importante fue el anónimo trabajo del personal de Cultura y Servicios Públicos que prepararon y atendieron a todo al público que se dio cita en las funciones de las 19:00 y 21:00.
La elección de Eva Halac, con desafío incluido, de adaptar un Julio César no atado a la historia sino a sus circunstancias, es tan contemporánea que difícilmente haya sido casual. Y si así lo fue, doblemente aplaudida la puesta, entre los suspiros de una platea mayormente femenina.
En síntesis: una propuesta buena, bien presentada y gratuita; no tiene peros.