Muchas motivaciones existen para acercarse a la práctica de cualquier disciplina para mover el cuerpo. Y tantas son las causas y excusas para seguir atados al sedentarismo.
Ordenando las horas del día y con una serie de consejos podemos vencer la pereza.
Las horas de tareas pasivas y sedentarismo provocan un cansancio del organismo. Uno se siente sin energía, cansado, estresado. Y tras esa impresión viene la primera excusa: “no tengo tiempo”.
Sabido es que uno de los mejores hábitos que se puede adquirir para la salud es hacer ejercicio, e incluso con un esfuerzo extra modelar el cuerpo, y con eso generar una sensación de bienestar.
El mejor momento para hacer ejercicio es por las mañanas, pues quemas más calorías. Cuanto más temprano se activa el cuerpo, más rápido funciona el metabolismo. También mejora la agudeza mental, y con esto se potencia la actividad el resto del día.
Pero el problema no es hacer ejercicio, sino en cómo salir de la cama para hacerlo.
Algunas recomendaciones.
Acostarse temprano. Dormir lo suficiente, entre 7 y 9 horas, se tendrá la energía necesaria para hacer ejercicio y sobrevivir al resto del día sin problemas.
Dejar todo preparado el día anterior. Las zapatillas, ropa deportiva y botella de agua. También lo que se va a desayunar luego o el vestuario para salir a cumplir las obligaciones diarias.
Colocar una alarma efectiva. Pueden ser dos. El reloj, el teléfono, y si es posible lejos, para que para apagarlo haya uno que levantarse.
Elegir el ejercicio que más guste, el que no aburra. La rutina sin motivación es lo más tedioso que puede haber. Hoy existen muchas alternativas para mover el cuerpo, solo, acompañado, en grupo. Alternar no está mal, sin perder la constancia de estar en movimiento, hasta encontrar el ejercicio que más guste.
Una buena playlist puede hacer toda la diferencia. La música es motivadora, puede marcar el ritmo y además nos recrea otras áreas del cerebro mientras ejercitamos los músculos.
Busque una compañía, un control, un compromiso. Si se tiene el compromiso con un amigo o compañero de hacer ejercicio cada mañana, será más difícil que abandone la rutina.
Prémiese. Cuando se disponga a hacer una rutina de ejercicios, propóngase cumplirla para acceder a un gusto. La gratificación de la hidratación con un jugo delicioso o más, si cumple determinada meta, volver al talle perdido, o adquirir la prenda que más le guste.
Sentir los beneficios del ejercicio. Cada noche recuerde lo bien que se sentiste después de haber hecho ejercicio. Esa será la mejor manera de seguir repitiéndolo.