Alumnos del Instituto Fray Luis Beltrán adecuaron un teclado para que Renata pueda seguir escolarizándose. Cuando se juntan las partes puede haber un todo y se logran grandes cosas. Se trata de una cadena de favores.
La información se centra en un trabajo final que reunió a un grupo de estudiantes del Instituto Fray Luis Beltrán, para adecuar un teclado a las capacidades de una alumna con Síndrome de Down, que le permite seguir su proceso de escolarización.
Hasta allí la obligación académica con excelencia científica y aplicación tecnológica. También podríamos decir que se trató de una innovación que puede transformarse en un proyecto para industrializar y salvar las barreras informáticas para las personas con discapacidad.
Pero atrás de este logro hay historias que se entrecruzan y van conformando la red que da sustento al esfuerzo y dedicación de alumnos y docentes.
Cuando Renata nació, se sabía que su vida iba estar signada por el azar genético y un par de cromosomas la distinguirían del resto. Su mamá y su papa se preocuparon desde siempre para que Renata tuviera las mismas posibilidades que los otros chicos. Y con entusiasmo contagió en esa tarea al Jardín San Javier donde Renata fue haciendo comunidad con sus compañeros y creciendo con sus maestros.
Pero llegó el día del salto para seguir la escuela y el primer grado era un escalón que había que subir con ayuda. Para que Renata pudiera hacer sus palotes y pudiera ver clarito sus avances había que adaptarle un mecanismo que le hiciera amigable su entorno. Su señorita Carina Fernandez llevo la preocupacion a su hogar y su sobrino Lucas Mezzera, alumno de la Fray, fui quien le sugirio la idea de crear junto a sus compañeros de septimo año un teclado adaptado.
Y fue ahí que lo que no existía se pudo transformar con la inventiva y la aplicación de alumnos del Instituto Fray Luis Beltrán que vieron una necesidad y tras ella una llave para abrir la puerta.
Técnicamente lo que se hizo fue adecuar un software existente con un hardware adaptado especialmente a la habilidad y visión de un usuario determinado.
Humanamente lo que se hizo fue darle una llave a Renata para que pueda abrir el mundo de los símbolos para transmitir sus ideas y los sentimientos que enormemente tiene en su interior.
Como si fuera una cadena de favores, se va contagiando la generosidad, que en lo poco o lo mucho, fortalece la acción y la multiplica. Si hubiera que nombrar a cada uno de los eslabones que se fueron uniendo, probablemente nos olvidaríamos de alguno. Es preferible decir que se forjaron todos en el mismo crisol de amor, y se hace Justicia.
Cuando se juntan las partes, se hace un todo. Y lo que parece un sueño se puede hacer realidad.