La Escuela Especial Camino lleva adelante como todos los años las “escuelas de verano” de la que participan muchos de sus alumnos.
Estos espacios son sumamente importantes ya que se transforman en un lugar propicio de experiencias de aprendizaje personal, lo que no quiere decir que se abandonen las practicas de grupo.
Las escuelas de verano a cargo de la Escuela Camino se componen en su mayoría de actividades grupales, donde el chico se implica plenamente como un miembro más del grupo y las vivencias que cada sujeto experimenta son las respuestas personales desde sus gustos y preferencias, ante una actividad o situación común.
Además, a través de la novedad y diversidad de las actividades se incrementa el nivel de atención e implicación en las mismas lo que favorece, entre otras cosas, que al darse en los sujetos las mismas experiencias personales a través de propuestas diferentes, adquieran una toma de conciencia más clara acerca de sus gustos, deseos, emociones, etc.
Conviene recordar, finalmente, que este tipo de criterios, así como las condiciones señaladas anteriormente, pretenden estructurar las condiciones para facilitar la anticipación y realización de actividades de tal modo que el educador se convierta en un animador y clarificador de deseos e interés individuales y grupales.
Las situaciones creadas en “tiempo de juego” abarcan mejores condiciones ambientales para el aprendizaje de ciertas capacidades.
La diversión, el juego, la espontaneidad, las relaciones distendidas son condiciones habituales de cualquier escuela de verano; todas las cuales favorecen la disminución del temor, a las frustraciones que a menudo provoca la presión sobre los logros escolares.
A través de las Escuelas de Verano, la Escuela Camino busca acompañar aún en época estival el desarrollo integral de sus alumnos y por ello es que cada dinámica está pensada y cuidada para alcanzar los objetivos buscados.