Cuidado con el sol

Estas son una serie de medidas sencillas para evitar que la exposición al sol sea un problema después. Con atención y cuidado puede ser un aliado para nuestra salud. Cuidemos nuestro cuerpo, y el de nuestros seres queridos.
Reducir al mínimo la exposición al sol entre las 10:00 y las 15:00 hs. (cuando el largo de su sombra es más corta que su altura) o sea, cuando el sol es más fuerte. Programar las actividades al aire libre temprano en la mañana o al atardecer.

Usar sombrero, camisas de manga larga y pantalones largos para estar al sol, preferentemente de géneros de trama ajustada para mayor protección.

resistencia al agua. Consulte con su médico especialista qué tipo de factor de protección corresponde a su piel.

Usar un filtro solar cuando se desarrollan actividades a gran altura, como esquí o montañismo. El riesgo de quemaduras solares es mayor a grandes alturas donde hay menos atmósfera para absorber los rayos solares. También es más fuerte el sol cerca del ecuador, donde los rayos inciden más directamente sobre la tierra.

No olvidarse de aplicarse el filtro solar en días nublados. Los rayos del sol son perjudiciales para la piel tanto en los días nublados o brumosos como en los soleados.

Las personas con mayor riesgo de contraer cáncer de piel (las que trabajan al aire libre, las de tez clara y las que ya lo han padecido) deben aplicarse el filtro solar diariamente.

La fotosensibilidad: (sensibilidad aumentada a la exposición solar) es un posible efecto secundario de ciertos medicamentos, drogas, cosméticos y también de las píldoras anticonceptivas. Si usted usa algo de lo anterior, consulte al médico antes de exponerse al sol. Quizá deba tomar precauciones adicionales.

Si desarrollara una reacción alérgica a su filtro solar, cambie de marca procurando encontrar uno que contenga una fórmula química diferente.

¡Cuidado con las superficies reflexivas! La arena, la nieve, el cemento y el agua pueden reflejar en su piel más de la mitad de los rayos solares. El sentarse a la sombra no garantiza protección del sol.

Evitar las camas solares. La luz UV (ultravioleta) que emiten las cabinas de bronceado causa quemaduras y envejecimiento cutáneo prematuro. Aumenta también el riesgo de padecer cáncer de piel.

No exponer al sol a bebés y niños pequeños. Comenzar a aplicarles filtros solares a los 6 meses de edad, exponiéndolos al sol con moderación.

Enseñarles a los niños a protegerse del sol desde temprana edad. El daño solar sobreviene con cada exposición solar sin protección y se acumula durante el transcurso de la vida.