Antes eran, como ahora, sólo los mosquitos. Pero los jejenes se han multiplicado invadiendo todos los rincones. Condiciones climáticas favorables habrían producido su aparición más numerosa que otras veces. Los jejenes son insectos voladores, cuyas hembras adultas se alimentan de sangre luego de la cópula para poder poner sus huevos, en tanto que los machos son vegetarianos.
La mayoría de las especies de jejenes son de aproximadamente 2 a 5 milímetros de largo, de un color negro-grisáceo, con un aspecto encorvado, parecido a un mosquito.
Pican y causan una hinchazón o adormecimiento de la zona que puede durar varios días, en una reacción alérgica que, se cree, puede ser causada por una sustancia histamínica que está presente en su saliva.
Son atraídos por el dióxido de carbono y la humedad que liberamos durante la respiración, los perfumes y los aromas de productos de limpieza corporal.
Individualmente es muy poco lo que se puede hacer para controlar a los jejenes. Los insecticidas indicados tienen un efecto que dura el tiempo que demoren en ingresar nuevos jejenes. Las picaduras pueden ser tratadas con lociones especiales para este tipo de lesiones, que contienen corticosteroides para disminuir el dolor y el volumen de la picazón .
Algunas medidas que divulgan los que saben sugieren que se evite la ropa oscura. El blanco y los colores luminosos son menos provocativos para los insectos. La ropa cubriendo gran parte del cuerpo evita molestas picaduras. Dicen que un consumo importante de vitamina B1, que se elimina por el sudor, le confiere un olor particular que ahuyenta a los insectos.
Para evitar las molestias de las picaduras es conveniente aplicar paños con agua fría y loción o cremas con antihistamínicos en la zona afectada. En lo posible hay que evitar el rascado ya que agravan el cuadro.