En el marco de la semana E.S.I (Educación Sexual Integral) el jueves 6 de septiembre, visitó la Secundaria 23 de barrio San Martín, el Doctor Carlos Arroyo, médico Ginecólogo y Obstetra de la ciudad de San Nicolás, que con una trayectoria de más de 35 años al cuidado de la salud sexual y reproductiva femenina, se propuso disertar en un espacio escolar con alumnos de 4to, 5to y 6to año de la escuela secundaria 23, para hablar “sin vergüenzas” de sexualidad, de cuidados y de responsabilidad.
Muchas veces, entre profesores, se escucha la típica frase “Pero, para que hablar de educación sexual con los alumnos... si los chicos, con todo lo que ven en la tv y en Internet, saben más que nosotros de sexo” y esto, realmente no es así, porque los adolescentes de 13 a 17 años, solamente buscan respuestas entre sus amigos y compañeros de la escuela, pero muchas veces no se animan a dialogar con un adulto, y en la mayoría de los casos, tampoco se animan a sacarse las dudas preguntando a sus padres o familiares más próximos cuando comienzan a tener relaciones sexuales. Por este motivo, se hace necesario un abordaje multidisciplinario desde la escuela secundaria, y la educación Sexual debe ser un tema cotidiano, sin miedos ni prejuicios.
Por consiguiente, la escuela secundaria, debe garantizar espacios de reflexión y desambiguación, sobre diferentes cuestiones referidas a la sexualidad, a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y a la prevención de embarazos no deseados. Por este motivo el Dr. Arroyo, pudo llevar adelante una charla con un lenguaje coloquial, sin demasiados tecnicismos y con la idea de hacer caer mitos y rumores, con respecto a la sexualidad en la adolescencia. En este sentido, lo importante, es que las relaciones sexuales sean en un marco de respeto y compromiso, para poder disfrutar cada instante, conociendo nuestro cuerpo y cuidando a la persona que tenemos al lado.
Las preguntas son muchas y complejas, y no admiten respuestas cerradas sino más bien requieren revisar los propios supuestos y ampliar las perspectivas. Estos y otros interrogantes reclaman ser analizados y exigen una reflexión en profundidad en lo personal y junto a colegas. Ello nos permitirá arribar a saberes y posiciones construidos, acordados y sostenidos colectivamente. Consideramos que la mejor manera de abordar estos interrogantes, temores, prejuicios y modelos es a través del diálogo entre adultos; poner en común estas cuestiones y discutirlas, teniendo en cuenta que los cambios llevan su tiempo. Para esto, es necesario que en la escuela se habiliten espacios de debate y reflexión entre adultos. Tanto en estos espacios como en los destinados a la capacitación docente, no es suficiente contar con ciertos saberes, sino también desarrollar la capacidad de acompañamiento, de reconocimiento y respeto del otro, de cuidar y de escuchar.
Tradicionalmente, las temáticas referidas a la sexualidad no eran consideradas propias de los aprendizajes de la infancia, sino de períodos más avanzados de la vida, como la pubertad o la adolescencia. Durante mucho tiempo, las sociedades y las personas entendimos que hablar de sexualidad era posible recién en el momento en que las niñas y los niños alcanzaban la pubertad y dejaban la infancia. Esto era así porque el concepto de sexualidad estaba fuertemente unido al de genitalidad. Desde esta mirada, la educación sexual en la escuela se daba preferentemente en la secundaria, en particular durante las horas de Biología, en las que se priorizaban algunos temas, como los cambios corporales en la pubertad, y la anatomía y la fisiología de la reproducción humana.
Desde la secundaria 23, alentamos todo tipo de actividades relacionadas con una ciudadanía responsable, pensando que el amor entre las personas, nos hace plenos y los encuentros deben ser siempre espacios de compromiso, con responsabilidad.
En esta oportunidad, la actividad ha sido propuesta por la profesora Florencia Ramirez y con la participación especial del Dr. Arroyo.
Seguimos adelante con más ideas y proyectos participativos, siempre, para garantizar mejores aprendizajes y una educación en valores para ser “mejores ciudadanos”