Los propietarios de salones de fiestas infantiles, de más de 250 metros cuadrados, presentaron ante el municipio un protocolo para la apertura de los establecimientos y poder retomar la actividad después de tres meses cerrados.
El protocolo fue elaborado con la ayuda de profesionales de distintos rubros: una bioquímica, una pediatra y una bromatóloga. Allí se plantea un inicio de actividad con cantidades mínimas de asistentes; en concreto sugieren hasta 10 adultos y hasta 20 niños. Cada uno, incluidos los empleados, deberían presentar una declaración jurada donde quede asentado que no provienen de lugares de riesgo.
Además, antes de ingresar al salón se les tomaría la temperatura a todos los asistentes y se realizaría la sanitización de manos y pies; también se les proveería de máscaras faciales a los niños, las cuales serán desinfectadas antes y después de ser utilizadas.
Fueron recibidos el martes pasado por Oscar Rodríguez, responsable de Contralor Ciudadano de la Municipalidad. Plantearon la necesidad de reactivar el rubro ya que llevan muchos meses cerrados y sin poder hacer planes a futuro ya que la fecha de apertura es incierta.
Ahora el municipio deberá analizar el protocolo presentado y la siguiente instancia es elevarlo a Provincia y luego a Nación para quedar aprobado.