La memoria de este cronista debe exigirse y aún así no logra recordar un otoño tan apacible en la ciudad de San Nicolás, ideal para caminar por la reformada costanera de la ciudad. Ese pensamiento, me punzaba al lamentarme no haber aprovechado la necesidad de trasladarme por la zona, para hacer una caminata hasta el Palacio de Tribunales en vez de lanzarme a la aventura de intentar estacionar el coche en un radio que al menos justifique el medio de transporte. Reprobado en cuidado medioambiental.
El reloj marcaba las 9:27 de la mañana cuando se retomó la audiencia. El juicio que se le sigue al sacerdote (suspendido) Tulio Alejandro Matiussi, a Arnaldo Anselmo Ojeda y María Luján Rubíes debía volver a sus audiencias. Por estos días se están escuchando los testimonios que presenta la defensa de los mencionados imputados. Por el ex portero y la ex preceptora, el Dr. Alejandro Ares y equipo de la defensoría oficial.
Por el clérigo, el experimentado Dr. Juan Carlos Machetti y Gustavo Moreno, lo hacen como defensa particular. ¿Cuál es la diferencia? Se puede preguntar el lector, simple, los defensores oficiales garantizan el derecho de todo habitante a la defensa en juicio, son funcionarios del poder judicial y no le cobran a sus representados. En el caso de los defensores particulares, estos perciben honorarios por parte de la persona a la que defienden. Dicho esto, es mandato imperativo dejarle aclarado al lector que esa situación nada tiene que ver con la calidad del trabajo realizado. Es como en cualquier otro servicio, los hay públicos buenos, regulares y malos; y los hay privados buenos, regulares y malos.
La reanudación de la audiencia, aunque con clima afable entre las partes, estaba teñida con algunas ausencias. Ni el dr. Fusco, particular damnificado, es decir representante de las familias, ni la dra. Franca Padulo se encontraban en sala al momento de la reanudación de las actividades. También estaba notoriamente mermado el espacio que habitualmente ocupan los padres de los menores indicados como abusados. Luego de un par de días concurriendo al mismo lugar, cada uno tiene ya “su” sitio, no nos conocemos, pero sabemos donde encontrarnos. También prosiguieron las limitaciones a la utilización de la tecnología del siglo XXI por parte del Tribunal para el ejercicio de los labores de prensa. Sólo papel y birome.
La jornada fue realmente un aluvión de testigos. Una pasarela por la cual desfilaban casi sin tregua aquellos que venían a prestar su voz a pedido de la defensa, tanto de Ojeda y Rubién como de Matiussi, con notorios puntos en común.
La primera en declarar fue la Dra. Mariana Millet, una abogada y mamá de un menor en el Jardín contó como ella fue contactada por los padres que estaban convencidos del abuso de sus hijos y le mencionan que su hija era nombrada como abusada. Ella revela ante el tribunal que fue presionada por algunos padres para que sus hijos dejaran de concurrir al jardín y que Carla Vitale les pedía a todos que vayan a atenderse con Zunilda Gavilán, en la ciudad de Rosario y que ella estaba dispuesta a pagar la consulta si alguien no podía afrontar el costo. También refirió la testigo que Carla Vitale les sugirió que en caso de no querer ver a Zunilda Gavilán podrían hacerlo con la psicóloga Bataggia, de la cual dijo que era amiga íntima de Carla Vitale ,al momento de su testimonio la lic. Bataggia dijo ser amiga de Carla Vitale desde los 14 años. En esa línea, Millet también dijo que en grupos de Whatsapp se instaba a no mandar a los chicos al jardín intentando manipular a los padres para que denuncien, aún sin tener la certeza del abuso en sus hijos.
Los ánimos cambiaron de repente, cuando la profesional del derecho que estaba brindando su testimonio frente al tribunal, expuso que en su momento se ofreció para contar sus vivencias del caso en la fiscalía que conduce el Dr. Granda y dijo que no fue escuchada. Por ese motivo la dra. Millet se acercó a prestar su declaración a la defensoría, es decir no a quienes investigaban el hecho denunciado, que según ella recordemos no quisieron escucharla, sino a quienes ya defendían a los imputados.
En la misma línea argumental se expresó la también abogada Yésica Gorosito, quien también refirió que en su momento algunos padres indicaban a su hijo como abusado, pero que ella descartó esa situación mediante consulta con profesionales de Capital Federal. Gorosito también consideró que una situación como la que plante la fiscalía pudiera llevarse adelante dentro de las instalaciones del Jardín por la construcción del mismo, que impediría que algo ocurra de manera recurrente en el lugar sin ser advertido por los demás, como por los vínculos entre los que allí trabajaban. Cuando fue consultada sobre la presencia del sacerdote (suspendido) Tulio Matiussi en el lugar, Gorosito fue terminante y dijo que no iba ya al jardín, esgrimió los mismos argumentos ya consabidos del enfrentamiento con el personal.
Una tercera abogada testimonió por la mañana, y lo hizo de la siguiente manera. Sofía Rotundo, que además al momento de los hechos denunciados era mamá de un menor que acudía al jardín Belén, fue terminante en negar dos hechos: primero que su hijo fuera abusado de alguna forma y por otro lado manifestó que “el padre Tulio” no iba al jardín ese año.
A su turno la Dra. Carolina Perroud, médica pediatra y también mamá de un infante al momento de los hechos aberrantes que se denuncian en el Jardín sampedrino, y que ella trató alguno de los menores sobre cuya realidad se fundan las denuncias y que no pudo constatar ningún signo de abuso. Dijo también, que por su conocimiento del quehacer cotidiano del jardín y las disposiciones de las salas en el mismo, considera imposible que se llevaran adelante allí prácticas de abuso en horario escolar sin que sea percibido por nadie. También manifestó que fue presionada por alguno de los padres denunciantes y que una madre en algún momento le dijo “me enteré que tu hija fue abusada y que vos lo negaste”, en referencia a Carla Vitale. También declaró, con relación a la sra. Vitale que ella le mostraba fotos a su hija para que reconociera quienes eran los abusadores.
Desde el digno asiento reservado para el público que ocupa este singular cronista, le pareció que esos argumentos fueron una constante durante la mañana. Más allá de alguna que otra particularidad, los testigos referenciaban haber tenido cierto acercamiento a Carla Vitale, que ella los presionaba para efectual las denuncias, que se daban por supuesto muchos casos de abusos, que se ofrecían pagarle las consultas con Zunilda Gavilán en Rosario. Sin dudas hoy, aún a pesar de no estar entre los imputados, como señaló oportunamente Hernán Granda, Carla Vitale fue una de las indudables protagonistas de la jornada.
Particular atención mereció de la sala, y no se dice esto en desmedro de ningún otro testimonio, la declaración de la maestra de música Luciana Gualdoni, que prestó servicios en la institución en cuestión hasta fines de marzo de 2017. Con respecto a Tulio Matiussi, una vez más escuchamos la consabida ausencia del cura ese año lectivo por el enfrentamiento con el personal. Ella considera imposible que algo así ocurriera en el jardín. Que los baños estaban siempre abiertos, y la circulación del personal directivo, practicantes, docentes que asisten a chicos con discapacidad, etc. hacen que a su criterio, los abusos no pueden darse en horario escolar en los baños del Jardín.
También declararon en la mañana de este 12 de mayo, dos personas muy visibles en el quehacer habitual de la ciudad de San Pedro. Ambos médicos y al mismo tiempo padres de niños que concurrían al Jardín Belén. Por un lado el Dr. Edgar Britos, que en 2017 era Secretario de Salud de la Municipalidad de San Pedro. Britos manifestó en sede judicial que encontrándose de viaje visitando a su familia en Chivilcoy, recibe una llamada del dr. Gastón Vitale para decirle que su hijo había sido abusado, el lo conforta pero que descree que sea una realidad que afecte a su hijo (el de Britos). No obstante haberle dicho eso, Britos sostiene que de manera posterior a esos dichos, Gastón Vitale envió un audio por Whatsapp al grupo de padres y madres del jardín donde refería como uno de los menores abusados al hijo del dr. Britos. Esto enojó a Britos, quien considera que la divulgación de esa información falsa contribuyó a generar en San Pedro una “psicosis colectiva” con respecto a los abusos sexuales infantiles en jardines. En exactamente la misma línea se pronunció el director del Hospital Municipal de San Pedro “Dr. Emilio Ruffa”, el dr. Guillermo Sancho. El médico y kinesiólogo se vio en una situación muy similar a la del dr. Brito al decir en la sala de audiencias de este Tribunal Oral N° 2 del departamento judicial San Nicolás que el dr. Gastón Vitale envió audios de whatsapp afirmando que su hijo (el de Sancho) había sido abusado, situación que tampoco había ocurrido.
Antes de dar por concluida la crónica del cuarto día del juicio, nos parecen pertinentes dos aclaraciones.
En primer lugar referir que no nos constituimos en escribas que estamos para copiar todas y cada una de las declaraciones que aparecen, sino que lo hacemos bajo dos criterios: el primero el de la presencialidad, sólo referenciamos lo que hemos oído y visto dentro del Palacio (o creído ver u oír) y segundo el de la pertinencia, existen quizás algunos testimonios que indudablemente el Tribunal considerará a la hora de dictar sentencia, pero que por cuestiones de extensión no pueden ser comprendidas en este modesto espacio de cronista.
En segundo lugar, nos referiremos a que cerca de las 17 hs del jueves, nos contacta la sra. Carla Vitale en los pasillos de Tribunales, para comentarnos que en relación a una de las crónicas referentes a la tercera jornada, en la que se relata una situación entre un abuelo y un menor, sobre la cual la Cámara de Apelaciones ordena investigar, ella nos dice que efectivamente se investigó y que no se encontró delito en la conducta. Frente a esto, y en obligado rol ya de periodista y no de mero relator de lo que ocurre en la Sala y adyacencias, rol que nos sienta mejor, fuimos a consultar con el fiscal Hernán Granda acerca de cómo procedió con relación al mandato que oportunamente le hizo la Cámara de Apelaciones. El fiscal nos dijo que a su criterio y evaluadas una serie de elementos de prueba no encontraba la comisión de delito por parte del abuelo mencionado y que lo consultó con la Fiscal General y que ella compartió su criterio.
Durante estos días de audiencia, esa referencia al hecho señalado por las docentes Bassante y Bonvissuto ha estado muy presente, como así también intentó estarlo hoy la denuncia que en su momento hizo Gonzalo Fandiño contra Carla Vitale (recordemos que es su ex marido) en 2019; y que fue motivo de una larga dilación del avance del juicio por las diferencias de criterio entre la fiscalía y los defensores acerca de lo que correspondía o no preguntarle al testigo declarante (los detalles se encontrarán en el compendio de las audiencias que publicaremos este fin de semana).
Así concluyó esta parte de la jornada, que tuvo luego su culmen con la declaración inesperada al menos para este cronista, del padre Tulio Matiussi, quien como se ha dicho en otras letras, rompió el silencio y con ello hizo realidad aquella frase atribuida a Beethoven que manda no romper el silencio si no es para mejorarlo, Matiussi logró con sus palabras captar la atención de todos, no se si mejoró el silencio, pero al menos, lo hizo mucho menos atronador.
Cobertura: Lic Sebastián Arias