La tasa de pobreza llegó al 43,1% durante 2022 y afecta a 17 millones de personas, mientras que la indigencia subió al 8,1%, es decir a unas 8,5 millones de personas.
Los datos surgen del informe Deudas sociales en la Argentina urbana 2010-2022 publicado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El estudio realizado en 5760 hogares de grandes y medianos aglomerados urbanos del país concluye que la pobreza aumentó 15 puntos porcentuales en la última década como consecuencia de un deterioro generalizado de las condiciones económicas, sociales y laborales.
El último dato oficial de la pobreza publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) corresponde al primer semestre del año y fue del 36,5%.
El organismo volverá a publicar su estimación en marzo de 2023, pero el Observatorio de la Deuda Social anticipó que "en 2022 los hogares y la población de la Argentina urbana no experimentaron mejoras significativas en el acceso al bienestar respecto a 2010".
El estudio analiza los ingresos familiares, pero también las condiciones sociales divididas en salud, alimentación, educación, vivienda, servicios públicos, trabajo y hábitat.
Del relevamiento se desprende que el 70% de la población estuvo afectada en al menos uno de estos derechos fundamentales, mientras que el 48% en al menos dos y el 30% en tres o más.
La UCA puso de relieve que la asistencia social dispensada por los tres niveles del Estado impidió que la pobreza llegue al 50% y que la tasa de indigencia alcance el 20%.
Es que, según el relevamiento, el 40% de los hogares en los que habita el 50% de la población ha recibido algún tipo de asistencia oficial o programa complementario.
A pesar de esto, señalaron que "ni las políticas de liberalización económica, ni las políticas de asistencia social son suficientes por sí solas para promover un modelo de desarrollo equilibrado".
De hecho, marcaron que unos 12 millones de trabajadores (el 60%) tiene "problemas de empleo", como inestabilidad o salarios insuficientes.
"Si bien debido a la inflación crece el fenómeno de los trabajadores pobres de manera generaliza a partir de 2018, en los sectores micro informales y de la economía social, su empobrecimiento es previo y se inicia en 2012", puntualizaron.
El trabajo recalcó que, a partir de la crisis de 2018-2019, profundizada por la pandemia del Covid-19, la pobreza de trabajadores se instaló en un nuevo nivel estructural: 29,8%.
"Una particularidad del ciclo económico actual es que coexiste un importante crecimiento del empleo, pero no se recuperan los ingresos laborales", concluyeron.