Por Nicolás Pastocchi
Con los chicos, no. Escuchar cualquier tipo de insulto, barbaridad o denostación en un lugar donde se practica cualquier deporte por parte de la hinchada rival, está totalmente normalizado. Pero que en una cancha de baby fútbol se haya oído por parte de una mamá decirle a un nene de 11 años "asesino", cruza un límite. No todo está permitido, mucho menos con los chicos.
El fin de semana jugaban San Cayetano contra San Martín por la liga de baby fútbol; un partido picante, sí. Lo picante que puede ser entre nenes de 11 años, lo normal de este deporte. Pero un choque casual entre dos chicos dentro de la cancha hizo que una mamá, sí, la mamá de un nene que supera por poco la decena de años le grite a otro de su misma edad “Gordo asesino hdp”, es inconcebible.
El nene que recibió ese agravio es el hermano de un deportista de elite de nuestra ciudad, Federico Chiostri, pero puede ser cualquier pibe. Los límites se rompen con demasiada frecuencia en el ámbito deportivo. Pero cuando es con los chicos, duele mucho.
“Jugué toda mi vida al baby, fue una etapa que disfruté muchísimo, pero fin de semana tras fin de semana sufrí lo mismo que sufre mi hermano hoy. Tenemos el mismo físico y siempre escuché como hacían referencia hacia mi como el gordito, pero por suerte a mi nunca me afectó. La situación de mi hermano, después de un choque normal en la cancha, tener que escuchar eso, se pasó un límite muy grande”, sentencia desde España, donde se encuentra compitiendo Chiostri.
Aunque luego, fue un poco más a fondo: “Domingo a domingo mi mamá tiene que escuchar todo tipo de insultos de los padres de los equipos rivales, pero lo del domingo fue una falta de respeto, no sólo a mi hermano y mi familia, sino también al club San Martín porque no creo que esos sean los valores que les inculcan a los chicos. Y escucharla a mi mamá llorando o a mi hermanito angustiado desde muy lejos es muy feo. Creo que la liga debería tomar cartas en el asunto para que no pase más, los chicos sólo van a hacer un deporte”, analizó.
Lo cierto es que estas cosas, dentro de todo lo hermoso que tiene el deporte, pasan. Y de forma demasiado frecuente. De hecho, sucede a nivel mundial. A deportistas recontra consagrados por su color de piel o por características físicas y en países del primer mundo. Y duele, molesta, hace ruido, aunque no se detiene. Pero como se afirma en el comienzo, con los chicos, no. No todo vale. El daño que se le puede hacer a un pibe con esa clase de insultos es demasiado grande. Basta.
Autotransporte de pasajeros San Sebastián apoya la difusión del deporte de la ciudad.