El goleador, también arquero del campeón

Por Nicolás Pastocchi

Una de las historias curiosas de este General Rojo campeón de la Liga Nicoleña de fútbol es la de Joaquín Gascón. “Chizo”, según el apodo por el que lo conoce todo el mundo en el pueblo. El goleador del Chacarero en el torneo tiene la particularidad de ser arquero de nacimiento. Incluso con un paso por las inferiores de Lanús. Pero su lugar estaba en otro lado, el arco ya no fue su lugar y en contrapartida, comenzó a romperlos.

Siempre se sintió delantero y la oportunidad llegó, sumando minutos y goles se hizo importante para Rojo. Las lesiones lo habían alejado de las canchas en 2023, hasta que logró volver. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa. Los dos arqueros del Chacarero, Maldonado y Furlán, fueron sancionados frente a Conesa, quedando los últimos dos partidos para intentar clasificar. Yaworski no dudó, le ofreció el arco a “Chizo”, que rápidamente dio el sí. El equipo se clasificó y el resto, es historia conocida.

“Atajar de nuevo fue más que nada una cuestión de grupo. Estábamos todos muy comprometidos, prácticamente nadie faltaba a entrenar, los más chicos entendieron el compromiso que significa jugar en la primera de General Rojo y eso llevó a que todos pongamos el objetivo común adelante. Me tocó a mi porque yo había sido arquero la mayor parte de mi vida, pero cualquiera en ese momento hubiese ido al arco. Mucho de ese compromiso tuvo que ver Diego y su cuerpo técnico”, sentenció Gascón.

Dos partidos atajados y una valla invicta fue el resultado de la cuestión. Y así lo analizó: “El arco lo había terminado sufriendo y esos dos partidos los tomé como un cierre de etapa que no se había podido dar cuando tuve que dejar de atajar por las lesiones. Esta vez lo viví así y lo disfruté”.

Había jugado poco y nada en la primera mitad del año, incluso se operó de una tendinopatía rotuliana crónica que lo aquejaba, pero eso ya había quedado atrás y así lo resume: “A principio de año los tratamientos dejaron de funcionar, por eso fui a cirugía y con una buena rehabilitación más la ayuda del kinesiólogo Franco Ghiorzi, pude volver de a poco y agarrar ritmo sobre el final del torneo para ayudar al equipo”.

“Venía complicado con las lesiones, tuve fracturas de costillas, volvieron los problemas en la rodilla y eso me llevó al tratamiento con plasma, hielo en casa, que mi familia me tenga que aguantar el malhumor, el no poder dormir de noche. Por eso valoro mucho que mi mujer me apoye. Ella, la familia y el esfuerzo que hacen para que no baje los brazos”, agregó Gascón con notoria emoción en la voz.

Pero el remarla, el pelearla día a día, el no bajar los brazos iban a tener una recompensa hermosa. Su grupo, sus amigos, su familia y su pueblo serían campeones en el Estadio y con la frutilla del postre, un gol suyo: “Me tenía mucha fe en lo personal, estaba convencido de que si entraba una me iba a quedar. Un sueño que ni yo imaginaba. Fue el partido más importante de mi vida, seguro y lo disfruté de esa manera. Yo creo que todos los jugadores de la liga desean jugar ahí, meter un gol es un extra y a mí me hace muy feliz”, detalla. Vale aclarar que Gascón le había anunciado a su técnico que haría un gol.

Gascón ya había festejado campeonatos en General Rojo, pero éste “sin dudas es el campeonato que más disfruté de todos y no por el protagonismo que haya tenido, sino por hacer lo que realmente me gusta, hoy disfruto del día a día, del ir a entrenar, del vestuario y eso hace que uno se siga renovando y tenga ganas de seguir”. A lo que agregó: “En 2005 me tocó atajar en varios partidos importantes, con 17 años y quizás por la inconciencia de esa juventud, no tomé dimensión de lo que era. En 2008 y 2014 tuve menos protagonismo. Este título me tocó disfrutarlo más, ser más consciente y entender lo que significa jugar este tipo de partidos”.

Antes de despedirse no se olvidó de la gente, la de su pueblo, la que le grita “Chizo” cuando lo saluda: “Este año fue el impulso que quizás nos faltaba, fue increíble cómo nos siguió a todos lados. Muy parecido a 2005”.

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Imágenes: Fede Alesio