Luego de los aumentos docentes concedidos en paritarias, el gobierno porteño y el de la provincia de Buenos Aires autorizaron la revisión del cuadro arancelario de los institutos de enseñanza de gestión privada que reciben aportes del Estado y así podrán aplicar a partir del mes próximo aumentos de entre el 40% y el 50%. En una resolución publicada el lunes por la tarde se permitió un 20% por encima de los que se había autorizado subir en diciembre, en el caso de los bonaerenses, y un 10% más en el caso de los porteños.
Por lo tanto, los colegios de la provincia que reciben aporte estatal podrán incrementar hasta un 50% con relación a lo se pagó en diciembre, según informó desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada Buenos Aires (Aiepba), su secretario ejecutivo, Martín Zurita. En la ciudad, podrán aplicar un ajuste de hasta 40%.
Esta novedad llega cuando la mayoría de los colegios ya comunicó la cuota de marzo, con lo cual, muchas instituciones tendrán que volver a enviar las comunicaciones o cobrarlo de forma retroactiva, ya que los aumentos impactan en la mensualidad que se cobra en los próximos días.
“Sabemos que resulta complicado y un gran esfuerzo para la comunidad de padres sostener en muchos casos el pago de los incrementos, pero es necesario adaptar los ingresos de las entidades a los aumentos constantes en todas las variables económicas y acompañar la actualización paritaria salarial del sector docente”, explicó Zurita.
El aumento llega en medio de la gran crisis de las escuelas privadas, en un contexto de mucha conflictividad con las familias por los aumentos de las cuotas y del anuncio de cierre de una gran cantidad de escuelas y jardines privados a los que se les volvió muy difícil seguir ofreciendo el servicio ante la baja de la matrícula de alumnos y en muchos casos sin aportes ni subvenciones. En tanto, se espera que llegue la ayuda que anunció el propio presidente Javier Milei para las familias de clase media, para evitar que tengan que sacar o cambiar a sus hijos de escuela.
Esta medida alcanza a los colegios que tienen aporte estatal, que requieren de una autorización especial de las autoridades de su jurisdicción, para trasladar a las cuotas más del 50% del aumento de la paritaria docente. En diciembre, ya se había autorizado un alza del 30%, que se suma a este incremento, y así se llega al aumento de entre un 40% y 50% en las cuotas de los colegios subvencionados.
Hoy, en el país hay unas 14.200 escuelas privadas. De ellas, unas 10.000 tienen algún tipo de subvención: algunas reciben del Estado los fondos para pagar el 40% de los salarios docentes y otras, hasta el 100%, según datos de la Confederación Argentina de Institutos de Enseñanza Privada (Caiep). Hay unas 4200 que no reciben ayuda del Estado. De ellas, la mitad corresponde a sectores medios y medios alto.
En diciembre último, los colegios anunciaron a los padres un aumento del 30% que había sido autorizado por la Ciudad y la Provincia. En medio, en las dos jurisdicciones se dieron incrementos salariales a los docentes. “Como entre el 80% y el 90% de la conformación de la cuota de un colegio privado es costo laboral, la paritaria docente impacta en la cuota. Mientras que las escuelas no subvencionadas aumentaron directamente, las subvencionadas debían esperar la autorización, que llegó este lunes”, explica Zurita. En el caso de las escuelas bonaerenses, recién el lunes autorizaron un 20% más, que se suma al 30% de diciembre.
Los colegios que no reciben aportes, explica Zurita, tienen un sistema de arancel libre: estiman los costos, y cuando hay incrementos, pueden aumentar sin autorización de los gobiernos. Por eso, se estima que ya trasladaron el aumento de paritarias a la cuota que comunicaron o con el aumento que habían informado, ya estaban cubiertos frente a este incremento, depende de los cálculos que hayan hecho el año pasado respecto a cómo proyectaron los aumentos de sueldo.
“El año pasado mientras los subvencionados aumentaron un 30% en diciembre, ellos comunicaron incrementos de entre un 40% y 50% para marzo”, detalla Zurita.
Fuente: La Nación