Interes General
13/10/2024 - 09:11:46



“Una llamada especial, un mensaje elocuente”


Por Monseñor Hugo Santiago
Obispo Diocesano


HE VENIDO PARA QUE TENGA VIDA
“Una llamada especial, un mensaje elocuente”

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 10, 17-30)

“Jesús se puso en camino. Un hombre corrió hacia Él arrodillándose, le preguntó: ‘Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?’ Jesús le dijo: ‘¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.

Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre’. El hombre le respondió: ‘Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud’. Jesús lo miró con amor y le dijo: ‘Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme’.

Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ‘¿Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!’ Los discípulos se sorprendieron por esas palabras, pero Jesús continuó diciendo: ‘Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios’.

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: ‘Entonces ¿quién podrá salvarse?’ Jesús, fijando en ellos su mirada les dijo: ‘Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible”. Palabra del Señor.

Una llamada especial

Los sacerdotes, religiosos, que hemos sido llamados a consagrarnos en cuerpo y alma a Dios y a seguir a Jesús, dejando un proyecto de matrimonio y familia, nuestro lugar de origen, un trabajo o una profesión, sabemos que se trata de una llamada especial, acompañada por una atracción tan fuerte de Cristo resucitado y de una fuerza interior que nos ha permitido dejar cosas buenas y lícitas, atraídos por algo sobrenatural muy fuerte.

La mayoría de los bautizados no está llamado a un seguimiento de ese tipo, aunque todos los cristianos debemos ser generosos y desprendidos de los bienes materiales, de modo que no nos esclavicen, sino que sean un medio para una vida digna para nosotros y los demás.

Un mensaje elocuente

El regalo que Dios hace de una consagración en cuerpo y alma a una persona que es como las demás pero con una llamada especial, constituye un mensaje elocuente de que la vida no se reduce a lo que se ve o se constata con los sentidos, que Dios existe y puede ser captado por el espíritu humano.

Se trata de un mensaje elocuente que indica que Cristo vive después de desaparecer de esta vida, se comunica y puede ser captado por las personas, que con Él el diálogo es posible, podemos ser sus amigos y colaboradores hasta el punto de invertir toda la vida en ello.

Se trata de un mensaje tan elocuente que al ver a un sacerdote consagrado en cuerpo y alma a Dios, surge un interrogante: “o este tiene problemas psicológicos o Dios existe. Por eso el Papa san Juan Pablo II, decía, que los consagrados dan una buena noticia, antes que nada, con lo que son.

Es claro, esta persona consagrada es un mensaje viviente de que algo debe haber además de esta vida y de lo que captan nuestros sentidos. El problema es que los curas y las monjas somos gente como todos, frágiles, y a veces no vivimos de acuerdo a lo que somos, entonces el mensaje se opaca; sin embargo sigue vigente el interrogante: si este dejó todo por Dios, debe existir.

De ser así, vale la pena seguir la hoja de ruta que nos dejó Cristo con su Evangelio porque hay solución de continuidad y hay esperanza. Buen domingo.

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