La compañía fue distinguida por ser la primera en patrocinar los programas de la Fundación Cimientos. Junto a la Fundación Agustín Rocca se becan a 260 alumnos de 11 escuelas de San Nicolás, Ramallo y Ensenada.
La Fundación Cimientos, destacada por su impulso a la educación en sectores de bajos recursos, premió a Ternium Siderar por ser la primer empresa en patrocinar sus programas y por trabajar de forma ininterrumpida junto a la fundación desde hace una década. Fernando Favaro, Gerente de Relaciones con la Comunidad, recibió una mención en representación de la empresa. Por su parte, Enrique Shaw, presidente de Cimientos recordó los inicios de la fundación que hoy dirige: "Fue Carlos Tramutola, ex gerente de Techint, quien, en 1997, se entusiasmó con la idea y comenzó el proyecto que hoy desarrolla programas de becas y de apoyos a escuelas en todo el país". El programa trabaja con aproximadamente 20 mil chicos con un equipo de 160 profesionales.
Ante las dificultades para permanecer en la escuela, Cimientos ofrece una alternativa para escuelas y alumnos de todos el país. La implementación, según explica Shaw, se basa en dos ejes: mejorar la infraestructura de las escuelas y hacer que los chicos no falten y abandonen el colegio. En el primer caso, se trata de apoyo económico y en el segundo, gran parte de la ayuda se traduce en becas y el seguimiento de un voluntario para que los chicos terminen sus estudios.
Con respecto a los objetivos a largo plazo, Shaw aclara que el mayor desafío de Cimientos es ser constantes y luchar para que la educación llegue a más chicos en menos tiempo, aún más en épocas adversas como la que impone la coyuntura actual. "Queremos combatir el sálvese quien pueda y establecernos como una organización que perdure como referente social", dice el líder de la ONG.
Luego de la entrega de diplomas, Fernando Favaro reveló en qué consiste el trabajo junto a Cimientos. "Principalmente se busca acompañar a los chicos en forma de tutorías de manera que se los visite en su hogar y en el aula. Estos tutores también ayudan a establecer un diálogo con sus docentes y padres, los estimulan a organizarse, a ponerse objetivos y a ser responsables con respecto a su propia educación para pensar en el futuro", detalla. Además, los aportes financieros de la empresa se traducen en becas las cuales posibilitan que un chico pueda asistir a clases. Esta ayuda financia además la compra de herramientas como libros y materiales pedagógicos. "Siempre con el objetivo puesto en la educación, para agregar valor y buscar transformaciones que perduren", añade Favaro.