A raíz de los hechos que son de público conocimiento, se han manifestado las partes involucradas. Lo hizo el afectado, los Directivos, el Cuerpo Docente, y ahora lo hacen los alumnos. A través de una carta que escribió Javier Torres de Tercero Naturales, y que recogió la adhesión de la mayoría del alumnado.
En la carta, que fue distribuida en todos los salones, se plantean una serie de interrogantes hacia los responsables de la conducción del Colegio, y se asumen esas cuestiones como internas, y no de orden público. En la misma se convoca a todo el alumnado a no cejar para conocer la verdad de todo.
El texto completo es el siguiente.
Tomando conciencia de los hechos que hemos vivido en el último período, era lo que faltaba, una voz que rejunte aquellas opiniones y acusaciones, en contra, o a favor del colegio, y desenlace así, lo que hace tiempo se esperaba.
Me avergüenzo de formar parte de una institución, la cual no tiene suficiente valor para tomar decisiones, y hacerle frente a los problemas que la agobian.
Me avergüenzo de haber compartido opiniones con personas, (pertenecientes al personal directivo de la institución), a las cuales, vi con mis propios ojos cometer actos totalmente incoherentes y contradictorios hacia los principios de una escuela religiosa, dando así un ejemplo absolutamente nefasto a la cara externa del colegio.
Sin más rodeos, intento persuadir, a todos aquellos que no hacen oídos sordos ante el problema, a que luchen y protesten por lo que creen válido y justo.
El pasado jueves 12 de noviembre, en el colegio Don Bosco, frente a todos los alumnos pertenecientes al mismo, se escuchó una voz a cargo de un cura perteneciente al movimiento religioso de la institución, por medio de la cual manifestaba sus opiniones acerca del personal de la misma. Acusando de ladrones a personal administrativo, incapaces a personal directivo, y llegando a un punto extremo de acusar de “falso” al director del mismo instituto. A la vista de los hechos, nos responsabilizamos diciendo que las actitudes y la forma en que la persona acusó y realizó tales actos, no son las apropiadas
Por ser parte de una institución, y con carácter de respeto hacia ésta, cualquier problema interno entre directivos y personal, debe resolverse en el ámbito interno del colegio, y no a expensas de la totalidad de los alumnos, pública y abiertamente hacia todos.
Del mismo modo en que aceptamos que la forma en que se desarrollaron los actos por parte del padre Sergio fueron incorrectos, tenemos que alzar la voz, ante las decisiones y medidas tomadas por parte de la institución, que por unanimidad, creemos que fueron desastrosas.
Primero voy a aclarar, que no tengo en mente dar nombres ni datos, porque esto generaría nuevas acusaciones, en vano. Pero no puedo callar la vergüenza que me produce pertenecer a dicha institución, en la cual chicos desde los once a los dieciocho años, estuvieron durante una cantidad de tiempo considerable, expuestos a una persona que los directivos de la institución estaban investigando. Los cuestionamientos en este caso serían, ¿qué esperaban los directivos para actuar ante este problema? ¿No pensaban acaso, advertir a las personas propensas a estar involucradas sobre tal hecho? Creo yo, que un acto relacionado con un abuso sexual a una persona, crea un trauma psicológico que puede llegar a durar toda la vida, y a desencadenar una amplia rama de problemas psicológicos mas.
¿Qué es entonces lo que hizo la escuela para proteger a los alumnos? ¿Investigar a una persona, dejándola convivir con los alumnos en el día a día?. Todavía no logro asimilar la ineficacia del personal directivo ante tales hechos, personas que tendrían que estar capacitadas para resolver este tipo de problemas, como convivir con una persona de la cual se sospecha que puede causar un daño o trauma psicológico a alumnos.
¿Cómo dejó entonces, el instituto, ingresar a un cura extranjero, sin pedir referencias del mismo, sin investigarlo previamente? Ese es el cuidado que reciben hoy los alumnos del colegio Don Bosco. Fueron las voces de los directivos, los que apenas concurridas las acusaciones del padre, alzaron la voz en contra de éste, acusándolo, indirectamente, de tener afinidad hacia el abuso sexual de menores. ¿Que es entonces la institución? Los alumnos asisten para enriquecer sus conocimientos, y los directivos paralelamente, discuten y realizan acusaciones públicas frente a todos. Desde niños nos inducen a pensar que el colegio es nuestra segunda casa. ¿Y así tenemos que educarnos? Viendo como personal de administración, manifiesta con golpes hacia el padre Sergio, el odio y la impotencia que le causó vivir los hechos. De una persona mayor y capacitada, que no supo sentar cabeza para darse cuenta, que todo un colegio entero estaba observándolo, y sin embargo decidió recurrir a la violencia física para resolver los problemas.
¿En las manos de quien esta la seguridad? ¿En las manos de quién la educación?
Foto 1: Javier Torres, alumno de Tercer año Naturales
Foto 2: Luces y sombras en el Colegio Don Bosco